sábado, 6 de noviembre de 2010

Pablo Palomar Concepción 1ºA Me gustan los baifos

El fin de semana pasado fui a un bonito pueblo donde vive mi abuelo Berto y me quedé en su casa. El primer día me dijo que íbamos a visitar el pueblo en una guagua que pasaría en media hora. Así lo hicimos. Fuimos a ver la iglesia, era muy bonita y tenía muchas tumbas en el suelo. Mi abuelo decía que allí estaba enterrada su bisabuela. Al cabo de un rato fuimos a comer al bochinche de la esquina. Yo me pedí cuatro papas con mojo verde, y mi abuelo, una viejita guisada. Estaba todo muy bueno. Al salir, fuimos a casa de mis primos y nos entretuvimos jugando a los boliches y comiendo gofio durante un buen rato. Decidimos regresar a casa, ya eran las cinco. Al llegar, me dijo que las cabras que tenía en el establo iban a parir pronto. Yo salté de alegría porque me encantan los animales. Al cabo de un rato, me puse a hacer la tarea del fin de semana. Cuando terminé, ya eran las nueve de la noche. Cené y me fui a la cama. Me despertó el grito de mi abuelo que me llamaba. Yo me vestí rapidísimo a ver qué pasaba. Mi abuelo estaba en el establo ¡las cabras estaban pariendo! Le pregunté a mi abuelo como se llamaban las crías de las cabras, me dijo que baifos. Nació uno y otros dos más tarde. El más pequeñito se me acercó y me lameteó toda la cara. Yo lo acaricié. Desde ese día me gustan los baifos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nota: 8