sábado, 6 de noviembre de 2010

Pablo González Delgado 1º B Me gustan los baifos

   Érase una vez un niño que tenía un abuelo que era ganadero. Un día
consiguió un baifo que le regaló al nieto. El niño guardaba al baifo y cerraba la puerta con el fechillo para que no escapara. Cuando lo sacaba a pastar por la cumbre siempre llevaba consigo una macana para evitar que el machango de Pedrito molestara a su baifo, pues siempre le decía que lo quería para
comérselo.
    En una ocasión que el niño pastaba con su baifo empezó a llover y vio a Pedrito enchumbado. Éste se acercó al niño y pensando que le iría a robar su baifo le tiró un tonique y fue tal el tonicaso que Pedrito nunca se acercó más al baifo.
    Al llegar a casa el niño se quitó la ropa mojada y la tendió en la liña y
se jartó a cotufas que su abuela había preparado. El abuelo le dijo que esa noche
tendrían que matar al baifo y comérselo y el niño empezó a llorar. El abuelo le dijo que no fuera babieca.
    Cuando anocheció el niño buscó al baifo y no lo encontró. Ya era tarde y tocaba cenar. El abuelo le dio plato de carne y el niño se fajó a la comida y dijo: "ño, qué bueno está abuelo". Y el abuelo le dijo: "lo ves babieca, es tu baifo". El niño respondió: "Me gustan los baifos".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nota: 7