sábado, 6 de noviembre de 2010

Víctor López García 1º A Me gustan los baifos

   Una vez, en una manada de cabras que vivían en el centro de Europa, nació un baifo muy chinijo llamado Sam, que desde pequeño tenía un gran sueño, que era conocer el mar. Todos los animales del bosque le tenían un gran respeto porque él era muy amable con todo el mundo.
   En fin, fue transcurriendo el tiempo y él seguía sin ver el mar. Un día, cuando ya era viejo, su médico, que era su mejor amigo, le dijo que tan solo le quedaban unos meses de vida. Entonces, Sam, desesperado, decidió emprender el viaje hacia el mar. Sam, cuando tan solo llevaba una semana de viaje y ya había atravesado el bosque, estaba muy cansado y no tenía ni comida ni agua y decidió dormir un rato. Cuando se despertó, le sorprendió mucho ver a un marinero con aspecto de haber salido de un guachinche sentado al lado suyo cantando una canción melancólica y folclórica, y Sam gritó:
   -¡Dios mío, pero si es un marinero!
   -¿Por qué gritas tanto? ¿Nunca has visto a un marinero triste?
   - Pues… no, ¿voy bien para llegar al mar?-preguntó Sam-.
   -Sí, si sigues recto lo encontrarás, pero me temo que tardarás unos meses, así que toma esta esponja, nunca se le gastará el agua si no le das de beber a nadie, y toma también esta cesta, solo tienes que meter la patita y te saldrá gofio y cotufas.
   -Muchísimas gracias, ahora podré llegar al mar sin ningún problema.
   Y Sam aprendió a jugar a los boliches con muchos amigos que conoció allí, al lado del mar.
   Al final, todos los amigos que le conocieron dijeron: ¡Me gustan los baifos!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nota: 7