martes, 15 de mayo de 2012

Daniel Adán González 1ºC. El mito de Eco.



   El relato cuenta la historia de Eco, la ninfa de los bosques y Narciso, el hijo de la ninfa Liríope. Eco se encargaba de entretener a Hera esposa de Zeus, mientras éste se dedicaba a otras actividades. Cuando Hera se enteró de las infidelidades del Dios, castigó a Eco haciéndola repetir las últimas palabras de cualquier frase que escuchase; ella sin poder soportarlo huyó al bosque junto al río.

   Cuando Narcisco nació, un adivino llamado Tiresias auguró que éste no podría ver su reflejo en los espejos, por lo que aconsejado por su madre, creció sin conocer su gran belleza.
Narciso siempre inmerso en sus pensamientos,  en uno de sus paseos fue a parar a la cueva donde Eco se había refugiado. Cuando Eco lo descrubrió se enamoró de Narciso, pero no fue capaz de acercarse y hablar con él.

   Día tras día Narciso acudía al mismo sitio, hasta que un día descubrió a Eco mientras ésta le espiaba. Con ayuda de los animales Eco pudo declararle su amor pero sólo consiguió que Narciso se riese de ella. Eco muy deprimida y triste decidió no salir más de la cueva. Némesis que había sido testigo de lo ocurrido, decidió castigar a Narcisio hechizándole de tal manera que tuviese mucha sed. Narciso decidió acercarse al río y beber un poco de agua y al ver su reflejo quedó cegado y cayó al río ahogándose. 
   Desde entonces, las historias cuentan que la flor que nace en los ríos y que lleva el nombre de Narciso es debido a esta leyenda.

martes, 8 de mayo de 2012

Julio Javier Díaz Hernández 1C Historia mitológica



Desde que Cronos y Rea destronaron a sus padres y crearon a Zeus, Poseidon, Hades, Deméter,  Hestia  y Hera, ha habido en el trono olímpico dos dioses: Zeus y Hera. 
Ahora mismo el mundo no está funcionando bien, es terrible. Los seres no están tranquilos, la paz no reina en la tierra, el minotauro en su momento encerrado en el Laberinto, construido para él por Dédalo, ahora ha escapado, las hermanas gorgonas escapan a sus anchas destruyendo humanos, y a todo aquél que osa quejarse se le arrebatará el corazón...

La tierra está descontrolada, los humanos se quejan a los dioses y estos no responden, lo guerreros ya no rezan por el dios de la guerra, ya no hay creencias en el pueblo humano.
Zeus estaba sometido a un castigo de Hera que nadie pensaba que iba a ser temible.
Zeus no podrá hacer nada o serán arrebatados sus poderes por culpa de una maldición, Hera no es una buena diosa en su sangre corroe la mentira y la maldad, ¿nadie podrá hacer nada?

En un pueblecito de la antigua Grecia casi desconocido, Hensuloría, vivía un hijo oculto de Zeus, un próximo héroe, era medio humano y medio dios, un semidiós. Zeus no habló nunca de este hijo oculto, temía que le pasara algo.
Zeus se le apareció en la casa a este héroe.

-Hola, hijo mío.
-Tú eres Zeus, me abandonaste a mi suerte a una humilde manada de lobos. Decía enfadado.
-Esa manada de lobos, son algunos de mis hermanos castigados, ellos se ocuparon de cuidarte no quería que te hicieran daño.
Después de una larga charla, el héroe comprendió la situación, él es el único que puede salvar a la tierra de Hera.
Hera no era invencible, tenía un punto debil que solo conocía Zeus, ella levaba un colgante de la forma de un corazón.
Solo aquél con las manos apropiadas podrá arrebatárselo y salvar este mundo.

Zeus llevó al héroe al mundo de los dioses, inesperada al ver al héroe dispuesto a cogerle el colgante, ella lanzó un rayo a su cuerpo.
Antes de matarlo ella preguntó:

-¿Quién eres tú?
-Yo soy... Lobre el héroe que pasará a la historia... Pero el que te consiguió matar.

Ella le arrebató el corazón con la mano. Por detrás Zeus le quitó el colgante.
Lo que no sabía Zeus era que aunque el dios más supremo de todos cogiera el colgante no se libraría de morir.
Ya pasados estos terribles tiempos, el planeta volvió a la normalidad, desgraciadamente Lobre no pudo ser conocido pero, se habla todavía de un misterioso héroe que cada noche va a su pueblo a tocar su flauta en la plaza.

NINFAS DEL BOSQUE Osvaldo Rondón 1º C



Eco era una joven ninfa de los bosques, parlanchina y alegre. Su charla entretenía a Hera, esposa de Zeus, y en los momentos en el que el padre de los dioses griegos se aprovechaba de sus relaciones extraconyugales. Cuando Hera se enteró, condenó a Eco a no hablar sino solamente repetir el final de las frases, y ella, avergonzada, abandonó los bosques, recluyéndose en una cueva cercana a un riachuelo. Por su parte, Narciso era un muchacho precioso, hijo de la ninfa Liríope. Cuando nació, el adivino Terisias predijo que si se viese en un espejo sería su perdición, y así su madre evitó siempre espejos y demás objetos en los que pudiera verse. Narciso creció así hermosísimo sin ser consciente de ello, y haciendo caso omiso a las muchachas que ansiaban que se fijara en ellas. De alguna manera Narciso se estaba adelantando a su destino, parecía estar ensimismado en sus propios pensamientos como ajeno a cuanto le rodeaba.

Daba largos pasos sumidos en sus cavilaciones, y en uno de sus paseos le llevó a la cueva donde Eco moraba. Le miró embelesada y quedó prendada de él, no reunió el valor suficiente para acercarse. Narciso encontró la ruta que había seguido ese día y la repitió más veces. Eco le esperaba y seguía en su paseo temeroso de ser vista, hasta que un día, un ruido que hizo pisar una ramita puso a Narciso sobre su presencia, descubriéndola, siguió andando tras doblar el camino. Eco palideció al ser descubierta, y luego enrojeció cuando Narciso se dirigió a ella. Finalmente, la ninfa acudió a los animales, que de alguna manera le hicieron entender a Narciso el amor que Eco le profesaba. Ella le miró, ansiosa… pero su risa helada la desgarró. Mientras Narciso se reía de ella, de sus pretensiones, del amor que albergaba en su interior, Eco se moría.

Se retiró a su cueva, permaneció quieta, sin moverse. Allí se consumió de pena, tan quieta que llegó a convertirse en parte de la propia piedra de la cueva.

El mal no suele salir gratis… y así, Nemesis, diosa griega que había presenciado toda la desesperación de Eco, entró en Narciso otro día que había vuelto a salir a pasear y le encantó hasta casi dejarle desfallecer de sed. Narciso recordó el riachuelo donde una vez había encontrado a Eco, y sediento se encaminó a ella. Así, vio su imagen reflejada en el río. Como había predicho Tiresias, esta imagen le perturbó enormemente. Quedó absolutamente cegado por su propia belleza, en el reflejo.

Hay quien cuente que ahí mismo murió de inanición, ocupado en su contemplación. Otros dicen que quedó enamorado de su imagen, quiso reunirse con ella y murió ahogado al lanzarse a las aguas. En el lugar de su muerte surgió una nueva flor al que dio su nombre: el Narciso, flor que crece sobre las aguas de los ríos, reflejándose en ellos.

Odiseo y su aventura. Carolina Jiménez Perera 1º C



Según la mitología griega, Circe era una hechicera hija del dios Helios y de la ninfa Perseis, que vivían en la isla de Eea, cerca de la costa oeste de Italia en España.

Un día durante su travesía, el héroe griego Odiseo visitó la isla de Circe con sus compañeros, a los que ésta transformó en cerdos. Éstos, aunque eran animales, sabían lo que había pasado y con el fin de ayudar a sus hombres, Odiseo recurrió al dios Hermes, el dios olímpico mensajero de las fronteras y los viajeros que las cruzan, de los pastores y las vacadas, de los oradores y poetas del atletismo, de los pesos y medidas, de los inventos y el comercio en general, de la astucia de los ladrones y los mentirosos. Era de astutos pensamientos, ladrón, cuatrero de bueyes, jefe de los sueños, espía nocturno, guardián de las puertas, que muy pronto habría de hacer alarde de gloriosas hazañas ante los inmortales dioses, de quién Odiseo recibió una hierba que lo hizo inmune a los encantamientos de Circe. La obligó a que los cerdos recobrasen la forma humana de sus cuerpos. Circe, sorprendida de que alguien pudiera resistirse a sus encantamientos, se enamoró de Odiseo.


Cuando Odiseo quiso regresar a su casa, Circe hizo un trato con él. Le dijo que si no se casaba con ella nos lo dejaba volver a sus hogares. Al enterarse de que estaba casado con Penélope y que tenía un hijo que se llamaba Telémaco, ésta se enfureció bastante y les castigó encerrándolos en una cueva en la isla de los Cíclopes con el gran Polifemo, quien se comió a algunos de sus compañeros tras ser salvados por Odiseo. Fue castigado por varios sitios donde en cada uno de esos sitios perdían a uno o dos compañeros. Hasta que al final, Odiseo se quedó solo. Tras haber perdido a todos sus compañeros, quienes, a pesar de haber sido advertidos, comieron las vacas que pertenecían al dios Helios y fueron muertos en el océano por Zeus, fue cuando llegó a la isla de Calipso, donde permaneció con ella durante varios años. La diosa Atenea le pide a su padre Zeus la liberación del sufrido héroe. Éste accede a la petición y le pide a Hermes que le envíe un mensaje a Circe, diciéndole que el destino de Odiseo no era yacer lejos de su hogar, sino que debía volver a reunirse con los suyos. Es entonces cuando llega al país de los Feacios y es conducido por la princesa Nausícaa a presencia de su padre Alcínoo, que finalmente pone a su disposición una nave para que llegue a Ítaca.


Ya en Ítaca, comprueba que su palacio se halla invadido por un numeroso grupo de pretendientes que trataban de casarse con su esposa Penélope si el marido no volvía, mientras consumían los bienes del palacio. Odiseo accede al palacio disfrazado de mendigo y con ayuda de su hijo Telémaco y del viejo porquero Eumeo y del boyero Filetio mata a todos los pretendientes, que son hijos de las mejores familias de Ítaca.

Leyenda inventada por Héctor Rodríguez Méndez 1º C



En la época de los griegos vivía un hombre llamado Kratos. Él era hijo de Zeus y de una mujer llamada Silene. Silene y su  hijo Kratos vivían en Esparta con su padre adoptivo, Leónidas, rey de Esparta. A Kratos lo alistaron en el ejército espartano con la edad de 12 años. Cuando Kratos era adulto fue a la guerra contra Atenas, en medio de la guerra apareció Ares, el dios de la guerra, y le dijo: Kratos, dame tu alma y haré que tú y tu ejército sean imparables. Él le dijo que sí y Ares le quitó su alma y a cambio le dio unas espadas llamadas las espadas del Caos. Al cabo de un rato las espadas empezaron a arder y pegarse en la piel de Kratos. Kratos volvió a Esparta y aniquiló a todo su pueblo incluso a su madre. Ares había mentido y poseído a Kratos. Él estaba delante de los cadáveres de su familia, cuando de pronto los cuerpos se transformaron en ceniza blanca y se fusionaron con él. Desde entonces le llamaron el fantasma de Esparta. Él quería matar a Ares, su hermanastro. Cuando estaba de camino al monte Olimpo se le apareció la diosa Atenea y le dijo: Kratos, te apoyaré en tu causa pero debes saber que eres un semidiós. Eres hijo de Zeus. Él sabía que era distinto a los demás porque tenía una fuerza sobrehumana pero no sabía que era hijo de Zeus. Después de unos minutos hablando, Atenea le dio un obsequio, el caballo alado Pegaso. Con él Kratos llegó a la cima del monte Olimpo y retó a Ares a un duelo. Ares venció a Kratos. Para vencerlo, Atenea le dijo que fuera al desierto de las almas olvidadas para conseguir el poder de la caja de Pandora custodiada por Cronos. Al llegar al desierto Kratos fue en busca de Cronos para encontrar la caja. Encontró a Cronos y lo asesinó. Cogió la caja, cuando la iba a abrir una lanza enviada por Ares le atravesó el corazón, matándolo. Cuando Hades quería llevárselo al inframundo apareció Zeus reviviéndole y dándole  el poder necesario para matar a Ares. Zeus le dijo a su hijo que Ares estaba destruyendo Atenas y que Atenea necesitaba ayuda. Entonces Kratos con ayuda de Pegaso fue hasta Atenas y peleó con Ares. Al final Kratos le clavó las espadas del Caos, destruyéndolo. Zeus le nombro el nuevo dios de la guerra.     

El Mito de Narciso Gabriel López González 1ºC


Narciso era un joven que había sido castigado por los dioses cuando Ameinias, que amaba a Narciso, fue rechazado cruelmente por él. En ese momento Narciso le entrego una espada a Ameinias, este la tomó y se suicidó rezándole a la diosa Némesis para que Narciso conociera el dolor del amor. Su castigo se demostró cuando se enamoró de sí mismo al verse en el reflejo de un lago, intentó besar a su imagen y al no poder, Narciso cogió su espada y se suicidó, y su cuerpo se convirtió en una flor, la que se conoce como Narciso.