Hace mucho tiempo había un niño llamado Javier, tenía 8 años, vivía en una casa pequeña y bastante vieja. El vivía con su abuela, se llamaba Marta, tenía 45 años, le encantaba cocinar; cuando tenía 5 años hacía bizcochones y le salían buenísimos.
Cuando Javier salía del colegio, iba al baño, se lavaba las manos, después iba al jardín y jugaba con su colección de boliches que era bastante grande. Marta cocinaba mientras él jugaba, ella solía cocinar con 2 ingredientes que a ella le gustaba mucho eran: papa y piña; mientras cocinaba comía cotufas y chochos.
Un día Marta cocinó baifo e hizo una pella. A Javier le gustó la pella pero luego le dijo a Marta:
- No me gustan los baifos.
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