sábado, 6 de noviembre de 2010

Romén Pérez Báez 1º A No me gustan los baifos

El 15 de Noviembre de 1982 un pastor de la época llamado Pedro llevó a su rebaño a pastar como de costumbre. Era un día tranquilo hasta que Pedro divisó en la lejanía a un lobo ibérico. Él sólo pudo reaccionar de una forma, llevando a su rebaño a una llanura cercana. El peligro se había esfumado y él aprovechó para comer; había llevado para ese día una botella de vino, unas papas arrugadas, una piña, unos chochos y un frangollo. Pero el lobo estaba por los alrededores y en un despiste del pastor, capturó a unos de sus baifos, pero precisamente el que el lobo había elegido para darse un festín, no era tonto. El baifo tomó aire y lo embistió con tanta fuerza que el lobo no tuvo más remedio que correr hacia la montaña. Al llegar a un riachuelo tomó un buche de agua y al mismo tiempo dijo en alto: "No me gustan los baifos".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nota: 7