lunes, 16 de abril de 2012

Omar Ramos 1º C Un cuento de héroes

"No te preocupes, todo saldrá bien" Las últimas palabras de mi padre antes de que fuera a una misión en el bosque prohibido. "Su marido, Johnson Mercer, ha cometido un acto de alta traición" Palabras del hombre que nos  anunció su ejecución. "Te quiero, Ron" Palabras de mi madre en su lecho de muerte.
No he tenido una "infancia modelo" pero desde que Firefly tomó el mando en Andrógena, nadie la ha tenido. Realmente casi todos los padres de casi todos los niños murieron en los dos primeros años. No es necesario ser un genio para saber que el mundo fuera es mejor en más de un sentido, aunque yo no lo he visto desde que tenía dos años. En el orfanato crecí oyendo historias de un mago que vivía en lo alto de la montaña, que es el último lugar puro en todo Andrógena. Y yo era el único que podía liberar al pueblo, porque era el único que podía salir de la ciudad sin que Firefly se enterase.
 Entre las pertenencias de mis padres yo heredé las llaves de un Phoenix, una nave armada planeadora, la única nave capaz de volar de toda Andrógena, ya que Firefly las confiscó para que no se pudiera sobrepasar la muralla, y una pistola láser, ilegal , también.
 No me fue nada difícil salir de la ciudad con la Phoenix, ni pasar el bosque prohibido que la rodea, ni llegar a la montaña… lo realmente difícil fue encontrar al mago, que supuestamente vivía en una casa pequeña en lo más alto. Quizás debí empezar por ahí, en lo más alto, porque era realmente allí donde estaba. Aterricé y lo vi… meditando… o algo así… era un hombre algo canijo, y daba la sensación de no haberse afeitado jamás, aunque estaba tranquilo, también parecía ser gruñón y mandón. Todo junto era una combinación bastante graciosa. 
-Te esperaba, Ronald…
Dijo el vejete sin abrir los ojos.
-Sí, sí, ya… he venido por…
-…que quieres destruir a Firefly. También lo sé.
Era alucinante como adivinaba, pero resultaba molesto.
-Tu corazón es puro, Ronald, te ayudaré.
Dicho esto se levantó y pronunció unas palabras raras, o en otro idioma, o inventadas, o algo.
-Kama wewa kamy san, kama wewa kamy san, kama wewa…
Lo repitió un rato y un resplandorcillo verde apareció tras él, cuanto más lo repetía, más grande y brillante se hacía el resplandor, hasta que al final era difícil de ver. De pronto se calló, alzó las manos y con lo que parecía todas sus fuerzas, gritó:
-¡¡¡Waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa…!!!
Entonces el resplandor se dividió y salió despedido en dirección a Andrógena.
-Vete…
Dijo el mago sin fuerzas.
 Me subí a la Phoenix y despegué. Al llegar a Andrógena los resplandores lo estaban destrozando todo, y matando a los guardias. Aterricé en el castillo y busqué a Firefly. Saqué mi pistola y avancé con cautela. De repente Firefly salió de una grieta y me tiró el arma de un golpe con el cetro, de un "cetrazo" por así decirlo. Se abalanzó sobre mí pero yo le golpeé y, por desgracia, cayó junto a mi pistola. Él la cogió, yo cogí su cetro y antes de que pudiera disparar se lo lancé  como si de una jabalina se tratara,  se le clavó en el ojo que tenía el parche, y murió.
Permanecí quieto durante unos segundos, intentando calmar el ritmo de mi respiración. Lo había logrado. En realidad gran parte había sido gracias al viejo, pero… Salí del castillo y miré a mi alrededor. Los guardias trataban de defenderse de los resplandores pero no eran más que luces… ¿Cómo se le dispara a una luz? Además, el resto de la población de Andrógena se había dado cuenta de lo que pasaba y ayudaba con sus propias "armas", si es que al material de cocina se le puede llamar así...
Pero eso daba igual, Firefly había muerto y su dictadura acabado… entonces llegó el momento de comenzar  de nuevo…